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la eterna juventud es un empeño que obsesiona al ser humano desde tiempo
inmemorial. ¿Por qué envejecemos? ¿Cómo podemos frenar
el envejecimiento? En esta búsqueda, los especialistas llegan a una afirmación rotunda: somos lo que comemos. ¿Os suena? Seguir una dieta variada es fundamental para nuestra salud, y también
para la belleza.
Esta idea tajante nació hace siglos, no es nada nuevo, pero no siempre es posible llevar una alimentación equilibrada con la dosis
necesaria de vitaminas y nutrientes. Y es ahí donde entra la nutricosmética, una nueva tendencia que se acerca más
a un estilo de vida ya adoptado por varias celebridades, cuya intención es
cuidarse y frenar el proceso natural de envejecimiento a través de la ingesta
de los alimentos adecuados combinados con complementos alimenticios. Como decía
Hipócrates: "Que el alimento sea tu mejor medicina y tu mejor medicina
sea tu alimento".
Lo más importante es tener en
cuenta que la nutricosmética es un complemento
alimenticio asociado a una dieta y estilo de vida equilibrado. Cerca del 50% de la población norteamericana utiliza
algún producto de la nutricosmética, contra el 48% en Europa y el 28% en
España. La nutricosmética es el estudio de la propiedad de cada alimento y sus
sustancias vitamínicas combinado con los complementos vitamínicos, aportando al
organismo una dieta equilibrada y revitalizadora.
Según el Dr. Manuel Jimenez Ucero,
especialista en nutrición y autor de Los secretos de la nutricosmética, dice que la forma mas sencilla y breve de definir la
nutricosmética es como la intersección o el punto de cruce entre la
alimentación y el cuidado personal".
Habitualmente los nutricosméticos
están formados por productos de sustancias naturales y minerales en forma
concentrada de nutrientes, usualmente comercializados en varias formas. El nutricosmético no es un medicamento, por lo tanto no trata enfermedades, pero sí un
excelente complemento alimenticio que trata de la belleza desde su interior. El
objetivo de sus principios activos es aportar al organismo los nutrientes necesarios
para la mejoría del aspecto y salud de la piel, cabello y uñas. Además tiene el
objetivo de detener con el tiempo las arrugas, frenar la flacidez, aumentar la
densidad cutánea, celulitis, y para evitar la retención de líquidos, entre
otros.
¿Qué
debemos exigir a un nutricosmético?
Principalmente
que cumpla los requisitos exigidos por la Unión Europea: seguridad (que sea estable y en dosis justa), biodisponibilidad (apto para ser transportado a la
dermis por el organismo), inocuo (sin riesgo de alergia), pureza, eficacia (test 'in vitro') y sinergia (que actúe mejor en conjunto). Las
autoridades sanitarias se encargan de controlar que los productos sean seguros
y eficaces. Todos los envases deben llevar un sello de control de la Unión
Europea.
Respecto
a la efectividad de la nutricosmetica existen varios estudios en Europa que
aseguran que la mitad de la población no consigue alcanzar los aportes
diarios de micronutrientes que necesitamos en nuestra dieta, un porcentaje que
aumenta al 80% en los mayores de 65 años de edad. Además, en un estudio de
Suvimax, se comprobó que las dietas con suplementos antioxidantes disminuyen el
riesgo de cardiopatía isquémica, cáncer y mortalidad en general.
¿Cuándo hay que tomarlos?
Los científicos coinciden en que los mejores resultados se obtienen si se
empieza a partir de los treinta años con un programa mínimo pero sostenido, que
irá incrementando con la edad. “A los cuarenta hay que tomarlo como un hábito, y a los
cincuenta es ya urgente“, advierte el doctor Jiménez Ucero. Existen
nutricosméticos específicos: para la piel, el cabello, los ojos, el
rostro… La administración debe ser contínua, entre 3 y 6 meses para que se
vean los efectos, seguido de periodos de descanso. Hay que ser persistentes. Se aconseja tomarlos siempre durante o
después de las comidas, porque se facilita su asimilación.
¿Tienen efectos secundarios?
Hay vitaminas que si se toman en exceso, no se eliminan. Las hidrosolubles, como la vitamina C, se eliman más
fácilmente a través de la orina, pero si se toman en exceso favorecen la formación de cálculos renales por depósito. En cuanto a los minerales, también hay que ser
precavidos porque, por ejemplo, el exceso
de hierro se deposita en el hígado, deteriorando su función(hemocromatosis). En cada
nutricosmético debe aparecer la lista de principios activos que contiene, su
dosis y la RDA (raciones dietéticas recomendadas).
¿Qué es lo último, lo más innovador?
La twincosmética: la unión de nutricosméticos, cremas y
otros productos (cosmocéuticos) de aplicación externa de acción parecida. Esta combinación, que se comercializa en packs,consigue
potenciar los efectos de ambos. El cosmético externo empieza a mostrar sus efectos antes
que el nutricosmético y al ver
los resultados inmediatos se mantiene el tratamiento sin abandonos.
¿Cuándo se ven los resultados?
La piel tiene cinco capas celulares, las
células vivas están en su capa más profunda y el nutriente actúa sobre esas
células. Esas células “renovadas” tardan como mínimo
un mes en aflorar a la superficie y ser visibles. No hay que ser impacientes y esperar. Los efectos más visibles se van a evindenciar
a los tres meses y son inmejorables a los seis meses. Los nutricosméticos
llegan donde no lo hacen las cremas. Para testarlos,
los laboratorios llegan a lostejidos diana: “es la capacidad que tiene un
ingrediente de atravesar la barrera intestinal y entrar en el torrente sanguíneo
con el fin de propagarse por el cuerpo para llegar a las células“
¿Funcionan realmente?
Hay expertos que ven más beneficio en una alimentación con
verduras y frutas (cinco al día) acompañado de algo de deporte y eliminando
productos tóxicos (tabaco y alcohol) que en el consumo de nutricosméticos. Sin embargo, otros
estudios han comprobado que las dietas suplementadas con antioxidantes
disminuyen el riesgo de cardiopatía isquémica, cáncer y mortalidad en general. En cualquier caso, nuestra recomendación es que cualquier suplemento que se añada a nuestra dieta debe ser
consultado previamente con un médico, con el fin de evitar incompatibilidades o efectos
adversos, al combinarlos con otras patologías o tratamientos.